Busca un momento en el que puedas regalarte 10 minutos de tu tiempo. Coge unos auriculares, a poder ser que no sean de botón y reproduce este tema. No es necesario mucho volumen, aunque si escuchas música a buena tralla (como yo) dale caña. Podría estar sucediendo en medio de una travesía de Cala Bona a Cadaqués, en una masía perdida delante de una chimenea con botella de vino en mano, o incluso en una playa desierta de Bora Bora. Salir de pegarse un baño en un lago y esperar el sueño de la siesta entre el verde de la hierba y el azul del cielo tampoco está nada mal. El mundo es inmenso y lo mejor de todo es que siempre puede redescubrirse con unos ojos nuevos.
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