Sí, España cada vez es más laico, aunque te pese y te joda. Escucharte reprochar a la sociedad española que cada vez es más laica resulta patético, lamentable y vomitivo. Por suerte para esta sociedad y con mucho mucho trabajo estamos consiguiendo dejar atrás un pasado marcado por el absoluto poder de la iglesia con el que vivimos durante todos los años de dictadura, porque te recuerdo que este país vivió de 1939 a 1975 una dictadura de la que la gran mayoría nos avergonzamos y lamentamos profundamente, porque nuestras libertades como ciudadanos se vieron truncadas y capadas vilmente. Así que en efecto, muchos nos alegramos y sentimos orgullosos de ser cada vez más laicos, porque el laicismo permite la libertad de pensamiento y la imposición de creencias religiosas nos recuerda demasiado un pasado negro, por la falta de luz y rojo por el exceso de sangre derramada. Y como las religiones son y han sido el foco de un derramamiento de sangre enfermizo nos tranquiliza pensar que vivimos en un país cada vez más laico, donde cada uno podemos creer y pensar en lo que nos de la gana.
Yo tampoco te he invitado, como muchos otros ciudadanos de este país. No me gusta que hayas venido, con tu desparrame y tu despliegue de seguridad; con la puesta en escena de un show sin ningún interés artístico y con un tufo a evangelización que no nos gusta un pelo. No comparto tu discurso, en ningún aspecto, y no me gusta que impartas tu doctrina con la imposición y autoridad habitual en tus intervenciones. Se te ha recibido como un Jefe de Estado, así que que te has beneficiado de los honores de ese status y te has permitido reprochar cómo libremente quiere vivir este pueblo. Una vez más el repugnante aliento de la política. Esta vez la putrefacción se viste de blanco.
Y unos momentos de risa sarcástica en Queremos el Papa por el litoral.
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