Antes de Helsinki Turku era la capital finesa. Por eso cuenta con numerosos edificios antiguos, un castillo cuya parte más antigua se remonta a finales del siglo XIII y un conjunto de casas de madera en la colina de Vartiovuori (monte de guardia), que se salvó del incendio de 1827, así como la llamada Casa Qwensel, a orillas del río. En Vartiovuori se encuentra el Museo de Artesanía y en la Casa Qwensel el Museo de la Farmacia. Precioso Jardín Botánico, que depende de una de las tres universidades de la ciudad. Para una buena comida en Turku la opción es platos a base de carne y vino. El menú ronda de los 10 a los 30 euros. Es una ciudad volcada a la música. No en vano cuenta con un museo de instrumentos musicales y numerosas actividades relacionadas con la música. Dentro de poco conoceremos el invierno finés de primera mano. Seguiremos informando.
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