7/9/10

Disciplina: la olvidada en la educación de los críos

"Es que este crío no hace ni caso, es que me tiene de los nervios...!"
Niñ@s que no obedecen, que montan el númerazo en la calle, que te envían a la mierda y que hacen lo que les da la gana...Tienes muchos números para que tu hijo sea un maleducado, y lo peor, que no tenga referentes educativos ni normas claras. Estos son algunos de los principales errores que, con más frecuencia, debilitan y disminuyen la autoridad de los padres, lo que desemboca en unos padres que han perdido el control y niños infelices:

Excesiva permisividad: Es imposible educar sin intervenir. El dejar que se ponga de pie encima del sofá porque es pequeño, por miedo a frustrarlo o por comodidad es el principio de una mala educación. Un hijo que hace gamberradas y no se le corrige, piensa que es porque no lo se le estima ni valora. Los niños necesitan referentes y límites para crecer seguros y felices.


Sí después de decir no: Una vez que se ha decidido a actuar, la primera regla de oro a respetar es la del NO. El no es innegociable. Nunca se debe negociar el no, y tal vez suene fuerte, pero es el error más frecuente y que más daño hace a los niños.

Coherencia entre los que intervienen: Si un adulto que interviene en la educación del niño da una consigna el resto han de apoyar ese mensaje, sin contradicciones de ningún tipo. Si no estamos conformes con lo que le está diciendo en ese momento, lo mejor es esperar, o buscar un sitio aparte: nada de discusiones delante del niño.

El autoritarismo: Es el otro extremo de la permisividad. Es intentar que el niño haga todo lo que queremos anulando su personalidad. El objetivo no es persona sumisa, esclavo sin iniciativa, que haga todo lo que dice el adulto. Es tan negativo para la educación como la permisividad.

Perder los nervios: A veces es difícil no perderlos, pero supone un abuso de la fuerza que conlleva una humillación y un deterioro de la autoestima para el niño. Además, a todo se acostumbra uno y los niños se acostumbran a nuestros gritos sin que produzcan efecto alguno.

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