29/10/11

Steve Jobs y yo nos parecemos demasiado


Desde el 6 de octubre, día en que murió Steve Jobs me asaltan remordimientos por no haberle hecho el homenaje que sin duda merece desde esta humilde bitácora, pero es que solo me salían tópicos y no me apetecía decir más de lo mismo. Así que hoy, leyendo el diario veo estas frases relativas al carácter contradictorio, excéntrico y sin duda genial de Jobs. Isaacson, biógrafo de Jobs describe al padre del Mac, del iPod, del iPhone y del iPad como un tipo complejo, fuerte y arrogante, pero también sensible, vulnerable y de lágrima fácil, un romántico empedernido que podía ser muy déspota y cruel; alguien que dividía el mundo en una clasificación binaria, "iluminados y capullos".
Quien no tuviera respuestas para Jobs tenía un problema. A los 13 años dejó de ir a la iglesia luterana. El pastor no supo qué contestar a por qué Dios permitía que en Biafra los niños murieran de hambre. No quiso tener "nada que ver con una adoración de un Dios así".
Y cuando empezó a verle las orejas al lobo al final de sus días afirmó:"Quiero creer que hay algo que sobrevive [...]. Pero a lo mejor es como un botón de encendido y apagado [...]. Quizás por eso nunca me gustó poner botones en los aparatos de Apple".

Y ante todo esto concluyo que pocas veces la descripción de alguien tan lejano me ha removido tanto por dentro, porque cada adjetivo y pensamiento que se le atribuyen en este perfil forman parte de mi. Gracias Jobs por tus ideas, tus diseños y tu capacidad visionaria. Es evidente que hay algo que sobrevive; la genialidad de los iluminados permanece. Solo los capullos se apagan para siempre.

P.D: Y esa nariz? A quién me recuerda? :) Sexy!

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