Hace unos días escuchaba a Punset en un programa mientras se afeitaba en la intimidad de su masía en compañía de un periodista de TV catalán. En sus palabras se refleja el profundo conocimiento del ser humano en su más intensa complejidad. Pero la sencillez con la que este científico divulgador explica alguno de los grandes misterios de la existencia del ser humano es cuanto menos sobre cogedora. Capaz de dudar, incluso de negar la mayor de las evidencias, la muerte, nos explica que ese es precisamente el germen del pensamiento científico: dudar, desde la más profunda humildad, de cualquier cosa que pueda parecer evidentemente aparente. La duda nos hace evolucionar.Es absolutamente emocionante escucharlo. Un hombre solitario, muy a su pesar, temeroso y ya en la recta final de su vida casi etéreo, que no ha muerto porque simplemente se ha negado a morir desde la paz y la serenidad de la conciencia que da la tranquilidad de espíritu que sólo tienen los hombres bondadosos.
La conexión entre cerebros existe. He sido capaz de sentirla al escucharlo hablando desde su intimidad. Gracias.
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