Agag, el yernísimo, negocia con Libia

Alejandro Agag ha sido el primero en aprovechar la vía de intercambio empresarial que Zapatero y Muammar Gaddafi abrieron en las conversaciones que tuvieron el pasado 24 de junio en una de las jaimas que Gaddafi tiene a las afueras de Trípoli. Alejandro Agag es el archiconocido yerno de Aznar, un listillo que ha sabido aprovechar la privilegiada posición social que tiene por estar casado con quien está. Así que se dispone a iniciar los acuerdos necesarios para abrir en Libia un negocio basado en un coto de perdices. Que majo. La ranciedad de estos tópicos cañís de la España más chunga es apabullante. Gaddafi tiene casi tantos defensores como detractores. Los primeros lo consideran un líder hábil, revolucionario e idealista; los otros en cambio, lo consideran un dirigente imprevisible y déspota, que persigue su propia permanencia en el poder y se ha visto implicado en actos de terrorismo. Lo más curioso es que ha sido objeto de varios intentos de derrocamiento por parte del gobierno de los Estados Unidos. ¿Llamará Bush a Aznar para reprocharle que su "avispado yerno" se pase la relación de coleguismo entre su suegro y el expresidente norteamericano para ganar pasta gansa gracias a la pluma de las perdices? ¿O acaso los negocios son los negocios?