El que debió ser uno de los pueblos más bellos de la Costa Brava gironina no es en la actualidad ni sombra de lo que era. Cadaqués es como Lloret de Mar pero en bonito. Siempre fue un pueblo de pescadores, pero ahora las barquitas de madera rojas, verdes y azules solo sirven para que las las manadas de turistas les hagan fotos. Debió ser el paraíso allá por los primeros 60, Marcel Duchamp, el artista probablemente más influyente del siglo XX, fijó aquí su residencia veraniega.
Lo mismo hizo Salvador Dalí o Federico García Lorca que cuando volvió de Nueva York en 1948 se instaló en el pueblo vecino Port Lligat. También atrajo Cadaqués a celebridades tan destacadas como Eugenio D'Ors que escribió sobre sus estancias veraniegas en el pueblo, Pablo Picasso, Rafael Durancamps o Joan Miró. De todo aquello sólo quedan los souvenirs. Y esta foto ya tiene más de 15 años.
Lo increíble debía ser cuando solo se llegaba y salía del pueblo por mar o durante horas de caminar por un largo camino.
ResponderEliminar