2/4/10

Bernini y Borromini

Francesco Castelli, llamado Francesco Borromini fue un arquitecto suizo, considerado uno de los máximos exponentes del barroco romano. Gian Lorenzo Bernini fue un escultor, arquitecto y pintor italiano, uno de los artistas más destacados del Barroco. La rivalidad entre ellos fue una de las comidillas de la sociedad romana del siglo XVII. El Caballero Bernini era un hombre con un carisma y un don de gentes especial. Su genialidad como artista se veía reforzada por la facilidad con que supo relacionarse y posicionarse dentro de la nobleza y el clero, cosa que le permitió realizar obras como monumentales como Eneas, Anquises y Ascanio, basado en la Eneida, el Rapto de Proserpina, el David y Apolo y Dafne. Todas ellas marcarían una nueva dirección en la carrera de Bernini. Las cuatro permanecen actualmente en la Galería Borghese de Roma. Borromini era un genio de la arquitectura. Depresivo, neurótico, oscuro y poco sociable; el más auténtico hombre del Barroco, atormentado e intenso.
Ambos tuvieron que trabajar en ocasiones conjuntamente, a pesar de su gran rivalidad. La juventud de Bernini estuvo plagada de aventuras y escarceos con mujeres de todas las clases sociales. Su historia con Constanza, mujer de uno de sus artistas colaboradores, acabó con su carrera. El hermano pequeño de Bernini también se veía con Constança. La belleza de esta joven y su fuerte carácter y temperamento romano traía locos a los hermanos Bernini, así que Gian Lorenzo propino una paliza casi mortal a su hermano y mandó desfigurar, arrancando la piel a tiras, la cara de Constanza. Fue condenado por los jueces papales a casarse con una joven de la aristocracia, quien siempre vivió amargada por el mujeriego Bernini. Nunca fue capaz de olvidar a Constanza y, triste y solitario, acabó sus días como artista, cosa que benefició la consagración de su eterno rival Borromini como gran artista del Vaticano.
El Baldaquino de San Pedro fue creado por Bernini, pero desde aquel momento fue atribuido erróneamente a Borromini.
Aquí Constanza, la primera escultura del barroco que refleja una sensualidad inusual hasta ese momento en el arte de ese tiempo, fruto de la pasión que Bernini tenía por su gran amante.

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