Ambos conceptos se parecen, pero no son lo mismo. En los de jubilación, el titular paga impuestos en su declaración de la renta por las aportaciones periódicas que realiza, sin embargo, cuando empieza a percibir el dinero sólo tributa por los intereses que se han generado.
En los planes de pensiones, por el contrario, las aportaciones del titular se consideran rentas del trabajo que desgravan y que, por tanto, no se satisfacen hasta el momento en que se cobran las prestaciones del plan. Es entonces cuando dichas prestaciones tributan en la declaración del IRPF del titular como rendimientos del trabajo íntegramente.
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