2/12/09

Diego Pastrana, el falso acusado-Editorial

Todo va demasiado deprisa. Estamos tocados de muerte por una grave enfermedad de nuestros días: la infotoxicidad. Demasiada información, demasiado rápido, demasiado voraz.
Diego Pastrana saltó hace unos días a las portadas de todos los medios de comunicación como el presunto violador y asesino de la hija de su novia. La pequeña de pocos años de edad falleció en un hospital. La autopsia de la niña ha revelado que murió de un golpe que recibió por una caída de un columpio a la que un facultativo no dio importancia y que no fue violada. Las lesiones de la piel eran alérgicas. Pero la primera vez que vimos la cara de Pastrana era bajo las palabras violación y homicidio. Es muy fuerte, pero si a eso le añadimos los tratos vejatorios por parte de la policía entendemos el estado actual de esta persona. Abatido, trastornado, aterrorizado, en tratamiento y profundamente triste por la muerte de la niña. Eso es lo que más destrozado le tiene. ¿Podemos sacar alguna conclusión de todo esto? La mía es que todavía el hombre sigue con su caza de brujas, que en este siglo no se quema a las meigas, pero se lapida con palabras a quienes tienen mala suerte.
Podéis leer la primera entrevista concedida aquí.

1 comentario:

  1. Pues claro que se sigue con la caza de brujas, si no de que iba a vivir el hombre?

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