La capital danesa cuenta con un peculiar barrio que funciona como si fuera una ciudad independiente, con normas propias y un sistema organizativo/administrativo ajeno al de la propia ciudad de Copenhagen. En los años 70 del pasado siglo Cristiania fue "liberada" como les gusta decir a sus ocupantes del resto de a ciudad. A partir de su fundación empezó a funcionar como una comunidad. Todas las decisiones se toman en asamblea, está prohibido el uso de armas, tienen su propio colegio, guardería y pequeños comercios. Es autosuficiente y no existe la propiedad privada. Las casas las ocupas mientras vives en ellas, cuando dejas de vivir allí pasan a ser de otra persona que la necesita, sin más. Cristiania tiene poco más de 800 habitantes y aun siendo sobre el papel una sociedad aparentemente utópica de socialismo factible la realidad no es tan idílica. Las veces que he visitado este lugar las sensación siempre ha sido de una gran decadencia y un espacio residual donde unos pocos marcan unas reglas que quizá tuvieran que revisar. No puedes hacer fotos dentro del recinto y notas incluso como visitante ocasional muchísima inseguridad. Puedes comprar los souvenirs que venden en sus puestos, comer en los chiringuitos e intuir vagamente como viven sus gentes. Muchos borrachos y yonkies de la ciudad pasan el rato en Cristiania y aunque sus habitantes son totalmente pacíficos el consumo y venta de drogas siempre ha estado asociado a Cristiania y los altercados a sus alrededores son frecuentes. Dentro del "recinto", presidido por una magnifica Estatua de La Libertad de hierro oxidado la vida pasa sin que apenas parezcan darse cuenta.
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