El hallazgo de varios cadáveres en la selva ecuatoriana decapitados hace levantar la alarma sobre una posible red de tráfico de cabezas reducidas. Los cuerpos encontrados muestran indicios de muerte y mutilación similares a los utilizados por algunas tribus que aun habitan la zona. Se sabe que el tráfico de cabezas reducidas mueve mucho dinero y que el precio de una de estas piezas supera los 13 mil euros. Lo que en su día consistió en un ritual simbólico por parte de los guerreros de esa zona parece ser que se ha convertido en un negocio. Las tzansas, nombre original de las cabezas reducidas, tienen un marcado carácter ancestral. El proceso a seguir para su elaboración es minucioso y complejo. Después de retirar la piel del rostro y parte del cuero cabelludo, así como todas las partes blandas, como los ojos o la lengua, hierven la cabeza con plantas y hierbas varias, lo que produce la reducción. Posteriormente rellenan la cabeza con arena y la dejan secar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario